La casa de labranza era una vivienda típica para albergar a toda la familia y todo el entorno de necesidades. Debemos tener en cuenta que la economía estaba orientada hacia el auto-abastecimiento.
Vista principal en piedra negra, entrelazada con madera para arriostrar la pared, consiguiendo así más consistencia.
Entrada en arco de piedra y doble acceso; uno para la vivienda, y el otro para bajar a la fresca despensa en el subsuelo. Además de diversas estancias en las tres plantas para leña, forrajes, secadero de matanza...
Tejado en pizarra a dos aguas donde se aprecia una chimenea y una peculiar veleta con la silueta de una bruja.